PLATÓN Y EL MITO DE LA CAVERNA
En su obra La República, Platón nos describe la
ficticia situación de unos hombres encadenados en una cueva sin la posibilidad
de mirar hacia atrás, a la entrada. Detrás de ellos una hoguera iluminaba la
pared hacia la que miraban los encadenados y delante de la hoguera hay otros hombres que llevan con ellos
objetos, de manera que su sombra es proyectada sobre la pared que están
contemplando los hombres encadenados. De este modo, ven la silueta de personas,
árboles, animales, etc. Para estos hombres la única realidad es la que ellos
perciben, la de las sombras. Cuando uno de ellos escapa y sale de la cueva y se
enfrenta a la realidad de la luz, esta le ciega hasta que se acostumbra a ella
y al volver para contar lo que ha visto, sus compañeros no le creen y se
empecinan en seguir en la única realidad que ellos conocen.
Si
aplicamos esto a Cataluña, nos encontramos con la realidad de los
independentistas que empecinados en sus creencias-me refiero a las cúpulas
independentistas obstinadas en permanecer en la oscuridad, - no ven más allá de su propia terquedad, se
aferran a esas cadenas de sus creencias separatistas, sacrificando todo y a
todos para alistar a más personas para conseguir esa profecía fallida de que si
ganan un referéndum ilegal serían reconocidos por Europa. Es decir, ningunean la
realidad democrática y constitucional que todos los españoles nos dimos en el
año 1978 y la realidad catalana de que todos los encadenados-imposición de
minoría sobre mayoría- participan de sus convicciones, cuando no tienen en
cuenta a los que mayoritariamente- quizás- están deseando ver la luz que en
verdad produce esas sombras que les retienen. La luz que la hoguera produce,
verdadera ficción, les aleja de la realidad en que se encuentran que es la
caverna en la que están encadenados.
Ahora,
con los líderes “verdaderamente encadenados”
y a las puertas de un plebiscito democráticamente convocado, veremos si
el “mito de la caverna” sigue vigente y los catalanes se obstinan en permanecer
en las sombras, con sus cadenas o prefieren asomarse a la luz que proyecta la
sombra en la que han permanecido.
©Antogar,
noviembre 2017
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