domingo, octubre 15, 2017

OTOÑO



OTOÑO
Releyendo los SONETOS ESPIRITUALES de Juan Ramón Jiménez y dentro de los del grupo AMOR, me encuentro con el soneto titulado OCTUBRE que comienza: Estaba echado yo en la tierra, enfrente/el infinito campo de Castilla,/que el otoño envolvía en la amarilla/dulzura de su claro sol poniente”…
Pero este octubre, amor, más bien juliotubre y más que otoño agostoño, en nada se parecen a los que inspiraran a J.R.J. su famoso poema. Esa amarilla dulzura, amor, ese otoño que muchas veces lloviera en Plasencia y sobre Plasencia, sobre el río dormido que la abraza; sobre catedrales, palacios, calles estrechas y solas, avenidas, árboles casi desnudos,… que sudan una pertinaz y fina lluvia neblinosa y se difuminan en ella como atravesados por una nueva etapa que sólo el invierno, atrayente, es capaz de dotar; amor, esa fría brisa que recorre todos los rincones cuando la tarde se va lentamente y las brumas de la noche invaden su belleza, o, acaso, la transforma para presentárnosla de otra manera para algunos más profunda y más sentida; esa otoñal dulzura, amor, esa no volverá como las golondrinas de Bécquer, no, por ahora.
Ese oro fresco de la tarde malvada, esas colinas en el ocaso de tardes de ensueño, esos tonos grises crepusculares, azules, violetas arrebatados a tus ojos, amor, esos no volverán. Amor, en el campo, las rocas cárdenas que otras veces exhibían un manto de musgo verdecido y apuntaban brotes de fresca hierba que poco a poco engalanan el paisaje, este año no volverán, por ahora, ni tejerán su alfombra en caminos y sendas utilizando los ropajes ocres que la arboleda desecha.
Ya sabes, amor, cuánto imploro la lluvia para llenar de vida los sembrados del poema de J.R.J: “lento, el arado, paralelamente/ abría el haza oscura, y la sencilla/mano abierta dejaba la semilla/ en su entraña partida honradamente/”. Pero este octubre, ya te digo, amor, quiere secar los campos con aventadores de nubes trayéndonos por el postigo de la retina estas imágenes que incomodan en los recuerdos, esta calina de una mendaz otoñada. ... Espero, amor, que el otoño silencioso vaya inundando tu imagen de una vaga niebla y se enciendan las hogueras del recuerdo que van dejando las cenizas del olvido.
Antogar, octubre 2017

No hay comentarios: