CON MOTIVO DEL 400 ANIVERSARIO DE LA MUERTE DE CERVANTES
A D.
QUIJOTE
Un día, al despertar de claridades,
para ir a vuestro encuentro, señor,
se alzó sobre campos de leche y miel
el fantasma azul de mi fantasía.
Subí por el camino viejo, el de las añosas
piedras que
pisaron mis abuelos.
Subí puliendo la parte de piedra,
que me corresponde, con mis pisadas.
Subí con el pesimismo y la esperanza
por páramos negros y descarnados
para que brille mi yelmo y coraza
abiertos
a los brazos de la verdad.
Subí por el camino de labriegos
y artesanos, de sayas de vírgenes,
por
caminos donde yace la vida
y sentir
caricias de libertad.
Alumbradme, señor, con el claror
de vuestra agudeza y locura
para refugio de mi corazón
hasta quedar
ebrio de libertad.
Y así inundaré mis oídos
con miles de carcajadas de cuerdos
y tener la realidad de sueños
y lograr encontrarme a mí mismo.
© Antonio García
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