martes, septiembre 08, 2015

ODA A EXTREMADURA

ODA A EXTREMADURA
Foto de San Antogar. Al poniente, verde pulmón de España, dormita,
cansada, mi Extremadura, en el pozo del olvido.
Aullando como lobo desgarrado,
furiosamente clavados en lo más hondo de mi centro,
llevo llantos de mi tierra dolorida.

Muerdo del aire tus racimos, en noches alargadas,
tus prolongados silencios, las ojeras de tus canchales
y las huecas lejanías de tus hijos.
Sobre el polvo horizontal, tus dioses muertos.
De tu roca herida, sólo quedan piedras
sobre piedras y el eco de tus hijos,
en sudores arrastrados, haciendo latir con sangre,
el extremado corazón de Europa.
¡Oh, tierra mía! Vieja y humilde.
Vieja como el tiempo;
humilde, como tu sopa de ajo.
¿Quien te deslumbró cubriendo
la desnudez de tus rosas
con los estandartes de tus glorias muertas,
carcomidos por el gusano de la inmovilidad?
¡Despierta de tu sueño sin sentido!
¡Oh, dulce tierra mía, qué amargo me sabe tu pan!
¡Cuántos desafíos llevas escondidos
en las mieles de tus pechos!
¿Qué insólito brebaje manó de tus fuentes
para llenar de afectos mi corazón quejumbroso?
Varado por siempre en las playas
de tus encinares, voy acariciando
el cobre batido de tus manos arrugadas,
escarbando tus entrañas calientes.
Y te amo y te deseo hermosamente pobre,
aunque no tienes nada, todo lo tienes;
porque tienes hombres y mujeres.
que despertarán de tus cenizas hambrientas;
y el ave de la alborada transparente
resurgirá con sus plumas de cristal
cantando a mi tierra himnos triunfales.

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