la devolvió el viento con tanta furia...
Quijote, I,8.
He recorrido parte de la llanura manchega y, aunque no alucinado por el tórrido calor veraniego – estamos en otoño galopante - , he creído percibir la figura del hidalgo con su armadura sobre el famélico Rocinante, viendo estas planicies y cada derruido caserón se me antojaba desvencijada venta o punto de partida de gloriosas aventuras.
No hay comentarios:
Publicar un comentario