Duerme el cerezo su invierno mientras en las cumbres del Valle la nieve
brilla en su profundo color que reverbera en luz. Vela y arrulla su sueño la
danza grácil del agua de arroyos y gargantas que en chorros melodiosos fluye
por todos los rincones del valle. Las gargantas Marta , Las Nogaledas, El Caozo,
Los Infiernos, etc se desmelenan entonando su canción viajera acompañadas de
los hilos de los manantiales que las nutren y de los trinos melodiosos de los
pájaros que juguetean columpiándose en las ramas, dando la bienvenida a la
primavera que hoy comienza. Ya las trepadoras se abrazan a los árboles muertos para
vestirlos con su verdor Es la espera necesaria para que se produzca el milagro
de la floración.
Es
el momento de la creación. Ha tomado ya la esencia el cerezo, la luz en la
sabia de la sangre. Siente ya que va creciendo la vida en él, la textura,
estrella alba, el goce al límite, explosión pulcra, estallido en blanco. Pureza
total y naturaleza abierta e inmaculada; perfección de mente y espíritu como
signo de la propia creación del universo. Odiseo contemplaría este loto y moraría
aquí
para siempre.
©Antogar
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