domingo, diciembre 25, 2016

LAS OTRAS SIEMPRE NAVIDADES



LAS OTRAS SIEMPRE NAVIDADES
Queremos que en estas fechas navideñas se cumplan todos nuestros deseos, pero, lamentablemente, esto no es así. Vienen ocurriendo los mismos hechos buenos y malos que el resto del año. Sabemos que no es verdad todo lo que la Navidad pone, ficticiamente, ante nuestros ojos, que la realidad es otra, la de siempre. Y hace cuatro días lo he comprobado ante mis ojos, sin poder hacer nada por evitarla: la realidad de la muerte de un ser humano debida a un infarto. Ni los denodados esfuerzos de una profesional de la salud que paseaba por allí, ni la ayuda de otros técnicos sanitarios, ni los instrumentos empleados, ni la supuesta ayuda de fe invocada por los que lo presenciamos a los pies de Ermita del Puerto de Plasencia, pudieron hacer nada para evitar el fatal desenlace. Una pena. No funcionó lo que se supone que es el auténtico espíritu de la Navidad: que el milagro todavía es posible.
La Navidad es humildad, la humildad del pesebre, de la inocencia, del establo donde nació Jesús, la de pastores, leñadores, lavanderas, labriegos, …que acudieron a presenciar el fausto acontecimiento. La Navidad está dentro de cada uno y se representa en cualquier momento de cada día, de cada año, de cada vida y se personifica en cualquiera, en cualquier parte del mundo porque la llevamos dentro ya que somos parte del inmenso nacimiento que es la creación

La Navidad no es nada más que una manera de mirar el mundo con los ojos de la niñez, el retorno a un tiempo ingenuo, a un territorio infantil en el que todo lo veíamos era verdad. Es como un telón que se levanta para ver un teatro que desearíamos que no acabara nunca. Pero no; estamos constantemente en otro espacio en el que suceden multitud de desgracias, muchas de las cuales están producidas por el propio hombre, por una parte de la humanidad. La otra parte se esfuerza en neutralizar esto con su ayuda y solidaridad: donaciones para combatir enfermedades, esfuerzos materiales en favor de otros, ayudas humanitarias, etc., que hacen que en todo tiempo se ocasionen navidades, esas otras natividades que nos regocijan y alborozan el alma. A este respecto traigo aquí un texto que escribí hace más de veinte años sobre la donación de sangre, sobre mi primera donación.
“Mi cuerpo fue concentrando todo su esplendor azulado y mostró dadivoso el árbol ramificado de mi brazo, agrupando ansiedades, miedos y angustias,…Un resplandor inundó todo mi cuerpo de luz, luz azul que en enigmática danza convertía mi rostro en mil canales por donde fluían todas mis necesidades.
Los dedos se me escapaban, ávidos, y mi carne languidecía como mariposa nocturna cerrándose en el tibio espejismo de una noche laberíntica que se perdía por los infinitos capilares de mi geometría, reflejando el neón en todos los poros de mi piel.
Torturé mis dientes y supliqué ayuda por cada resquicio de mi ser. De pronto una mano suave y tersa se posó sobre mi brazo palpando los sarmientos azules de mis venas. Mi conciencia pareció dibujar un anchuroso camino por donde llegaba un bálsamo de amistad y placidez.
Y, mientras los fulgores de un rayo abrían mis venas, yo desnudaba con deleite el cuerpo de mis sentimientos hasta que la satisfacción de lo que anhelaba para los demás trasformó mi estado primigenio en mariposas de colores que me hipnotizaban.
Fluían mis deseos con el tiempo que pasaba a la vez que se vaciaban mis vasos y…el resplandor azul aquel, como un fuego temporal, se tornó en rojo sentir, en latido de ser vivo deseoso de morar, en veloz y creciente carrera, en algún semejante necesitado de mi ansiedad y de su fuerza sin saber yo dónde se encuentre, ni quién sea.
Sólo me llevé de este trance el degustar el fruto privilegiado, el paladear armonioso del caldo que alegrará la necesidad sentida por quien carece de él y que nunca sabrá de mí.
De las restantes veces que ofrecí mi brazo, sólo esta última sensación experimenté cuando lo hacía”.
Posiblemente, cada vez que lo hice asistí, sin saberlo, a un nuevo nacimiento, a una nueva natividad.
A pesar de todo y precisamente por eso, en este día quiero desear a todos UN FELIZ DÍA DE NAVIDAD. Esta noche es Nochebuena. Que tengáis unas felices Pascuas de la Navidad.

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