He terminado de leer nuevamente los Sonetos Espirituales de Juan Ramón Jiménez obra modernista y sensible, dotada del valor metafórico propio de su autor y de- yo diría- apariencia amorosa: ¡qué paz, cuando en la tarde misteriosa,/ abrazados los dos, sea tu risa/el surtidor de nuestra sola fuente!/ mi corazón recogerá tu rosa,/ sobre mis ojos se echará tu brisa,/ tu luz se dormirá sobre mi frente….Empero poesía reflexiva e intelectual. Poesía desnuda, cerrada con interesantes componentes sensoriales y adjetivaciones brillantes. En definitiva, poesía pura como le gustaba al capicúa JRJ. Esta obra es parte de ese camino que el autor emprende hacia la meta del desnudo poético, hacia la pureza trascendental con el abandono del ropaje de la misma, de lo accesorio y superfluo, hasta llegar a Animal de Fondo.
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