Ocurrió hace unos meses dando uno de mis habituales paseos y ahora en estos días de pasión por el fútbol y en vísperas del trascendental choque-como se diría en términos futbolísticos-, ahora que se ha desatado la pasión y el sentimiento patriótico se ha apoderado de las masas y las banderas "constitucionales" y las que se adquieren en las tiendas de todo a cien, ondean al escaso viento y al calor de estos tórridos días de verano,es ahora, digo, cuando refiero la siguiente conversación que, paseando, oí entre un padre y su hijo pequeño.
Iban ambos con paso ligero hablando.-Papá, ¿dónde vamos?-decía el pequeño.
-A ver un partido de conejos-contesta el padre.
-Y, eso ¿qué es?-inquiere el chaval.
-Un partido entre mujeres-dice muy ufano el padre.
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