lunes, septiembre 07, 2009

La montaña


Hoy es la quinta vez que llego a la montaña ( para mí, Gredos, la Laguna Grande). Todo el que ame medianamente la naturaleza tiene que haber ido alguna vez a la laguna de Gredos. Nos es una ruta exclusiva de montañeros experimentados. A quien le seduzca mínimamente el senderismo no puede dejar de sentir la emoción al contemplar el macizo de Gredos. Bien es cierto que hay que ir medianamente pertrechado, sobre todo de calzado. me estoy refiriendo a hacer el trayecto siempre en buena época ( verano).
Desde la plataforma tomamos el camino empedrado que va ascendiendo hasta pasado el indicador del refugio de Reguero Llano que queda a nuestra derecha en donde el camino se suaviza por una vaguada en la que esta vez, a diferencia de las anteriores veces que subí, nos presenta un camino construido de piedras y traviesas de madera que más bien parece un camino de ferrocarril al que faltaran los railes y que desvirtúan el paisaje. Todo hasta llegar a un puente de hormigón sobre el arroyo Pozas, a los pies del murallón de Paredes Negras. Aquí comienza una ascensión bastante dificultosa, marcada por los trabajos de recuperación de espacios naturales para hacer más llevadera la marcha, hasta la Fuente de los Cavadores, antes manantial, lugar de merecido descanso y solaz para el alivio de la fatiga acumulada, que ha cambiado de ubicación de manera inconveniente, según mi criterio, desentonando con el paisaje.
Continúa el ascenso hasta la entrada a los Barrerones, en el espléndido mirador de la Peña del Rayo donde se comienza a admirar el majestuoso Circo de Gredos con el Almanzor al fondo. ( Hago un inciso para indicar que en este lugar siempre - o, casi siempre-saludan al viajero algunos machos cabríos o cabras que mansamente se acercan a tomar algo de la mano de los senderistas. Es el momento de la foto con los animales que parecieran puestos a propósito para estos menesteres. En otros lugares de la ruta hasta La Laguna, y en la Laguna misma volveremos a disfrutar de estasc sensaciones.)
A partir de aquí, el descenso se hace vértigo con el alivio otra vez( principalmente a la vuelta) de una nueva fuente también reconstruida, la Fuente de los Barrerones, hasta llegar a los mismos pies de La Laguna Grande ya en pleno Circo de la montaña. Aquí termina la ruta con el descanso contemplando sus limpias y frías aguas ( algunos se dan un apetecido baño), mientras se da cuenta de las viandas en una campestre comida. Se puede optar por visitar el Refugio de Elola o, los más atrevidos, continuar la marcha dos horas más hasta las Cinco Lagunas. Los más se quedan a contemplar este mararavilloso Circo y Laguna y a pensar en el duro regreso. Y cuando al coronar la fuerte pendiente de los Barrerones vuelvan la vista atrás muchos pensarán si ésta ha sido la última visión que tendrán del impresionante Circo Glaciar de Gredos. Desde luego este ha sido mi pensamiento todas las veces que he recorrido esta ruta. Y en la esperanza y la salud está que esta meditación se vuelva producir otra vez.


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