Día 22
Nos levantamos temprano. El día está algo nuboso, el vientecillo suave y fresco de la mañana nos envuelve en una sensación cuasi otoñal. Conforme avanzamos hacia las Rías Bajas el cielo va despejándose y la temperatura aumenta.
Divisamos la Ría de Pontevedra y nos acercamos a O Grove. Aquí hacemos el habitual y ritual paseo en barco por la Ría. Numerosos grupos de visitantes como nosotros pululan por el embarcadero. Nos adentramos en ella. Está plagada de innumerables bateas o criaderos de mejillones. Son como piezas cuadradadas de un gigantesco mosaico en medio de las tranquilas aguas. Nos atiborran de mejillones acompañados de un suave vinillo blanco que para muchos supone el aliciente de este negocio de los paseos por las rías. La visita obligada a la famosa Isla de la Toja, por cierto, llena de numerosas obras en construcción que a mi modo de ver la desmerecen, pone punto y final a este primer recorrido.
Seguimos camino por la costa con sus playas y lugares de recreo hasta la población de Sanxenxo. Después de una breve parada continuamos hacia Combarro con sus callejuelas típicas del puerto, horreos y tiendas de recuerdos, hasta llegar
al Monasterio de Poio, posiblemente del siglo VII con su claustro del siglo XVI y arcos redondos y bóbedas de crucería. Lugar regentado desde el siglo XIX por los religiosos de la Orden de la Merced. La hospedería del mismo es un interesante lugar para el descanso, el solaz y el disfrute en todos los sentidos.
De regreso al hotel y después de la cena, hacemos una visita nocturna a Santiago. La plaza del Obradoiro es nuestra meta. La Catedral, iluminada es una imagen distinta de la que veremos al día siguiente. Disfrutamos unos momentos de diversión y relax con las interpretaciones de unos tunos que amenizaban el lugar. La gente estaba elegre, contenta. Eran como los preparativos de la jornada que esperábamos disfrutar al día siguiente.
Volvemos al hotel de partida, dando por finalizada esta segunda jornada.
Nos levantamos temprano. El día está algo nuboso, el vientecillo suave y fresco de la mañana nos envuelve en una sensación cuasi otoñal. Conforme avanzamos hacia las Rías Bajas el cielo va despejándose y la temperatura aumenta.
Seguimos camino por la costa con sus playas y lugares de recreo hasta la población de Sanxenxo. Después de una breve parada continuamos hacia Combarro con sus callejuelas típicas del puerto, horreos y tiendas de recuerdos, hasta llegar
De regreso al hotel y después de la cena, hacemos una visita nocturna a Santiago. La plaza del Obradoiro es nuestra meta. La Catedral, iluminada es una imagen distinta de la que veremos al día siguiente. Disfrutamos unos momentos de diversión y relax con las interpretaciones de unos tunos que amenizaban el lugar. La gente estaba elegre, contenta. Eran como los preparativos de la jornada que esperábamos disfrutar al día siguiente.
Volvemos al hotel de partida, dando por finalizada esta segunda jornada.
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