viernes, agosto 31, 2007

Juan o la luz

Cuando en un post hablé de la nacencia de la luz o en otro anterior de que algo importante iba a ocurrir para mí, pocos intuirían que a lo que me refería era al nacimiento de mi nieto. Han transcurrido ya casi ocho meses del feliz acontecimiento y ahora, Juan (ese es su nombre) es un cachorrillo fuerte, de rubio pelaje, carirredondo, de ojos bañados en la verde mar y pícara sonrisa. Es un cielo de criatura. He observado casi día a día su evolución que se ha modificado desde los primeros momentos. Comienza ya a balbucear, a querer expresarse, siente la presencia y reconoce a los que estamos a su lado. Gatea con habilidad y le encanta ponerse de pie(ayudado) e intentar no ya dar pasitos sino correr y brincar como inquieto cervatillo.
Es la primera vez que hablo de él. Habrá más veces y no será la última.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Para ellos la tarde ha reservado una luz eterna.Para ellos vuelan en círculo las aves del día.Ellos han visto el arco iris en el fondo del valle.Ellos conocen el movimiento de las flores,el rumbo de los insectos,la desaparición lenta de la luz entre las yerbas.En sus ojos se va ocultando el día pero su luz brilla con mas fuerza aún.