Nos cuestionamos frecuentemente qué es la felicidad. A menudo la relacionamos con el trabajo y tendemos a pensar que se es más feliz cuanto más puedes desarrollar tus posibilidades. La persona que está en paro propende- se dice- a la infelicidad, al desarrollo de múltiples problemas de toda índole: de salud, de impaciencias, de familia, etc. Y es verdad, el paro genera toda una suerte de circunstancias que llevan a la persona a llevar una vida desequilibrada, a no ser feliz. Aunque no es menos cierto tampoco que cuando obtiene un trabajo también suele acarrearle procesos de infelicidad, aunque dice el refrán que " las penas con pan son menos penas". Podemos pensar, entonces, que un equilibrio profesional sería fuente de equilibrio emocional, una especie de centro de gravedad en el que se sustentara la felicidad. El éxito profesional debe estar incardinado en una conciencia emocional, vida emocional.
En este punto, podría considerarse que entraría a jugar un papel importante la actuación del maestro y del profesor al fomentar las cualidades de sus alumnos y no sólo dedicarse a su instrucción. El futuro de la enseñanza pasa por aprender haciendo.
El futuro del bienestar individual pasa entonces por un desarrollo multidisciplinar y no simplemente por el logro de una estabilidad única para toda la vida. Lo que el hombre consigue en la vida, los avances y conocimientos científicos y de toda índole, han de aplicarse a cada momento de la vida, a su desarrollo y no quedar enquistados en el tiempo. Hay que utilizarlos para avanzar. Los animales viven anclados en un modelo de vida biológico muy ancestral. El hombre no; tiene capacidad de utilizar el presente para construirse su propio futuro, distinto al de sus ancestros.
En esto juega un papel importante la felicidad como generador de esos impulsos para que el hombre pueda generar sus propias cualidades innatas.
En este punto, podría considerarse que entraría a jugar un papel importante la actuación del maestro y del profesor al fomentar las cualidades de sus alumnos y no sólo dedicarse a su instrucción. El futuro de la enseñanza pasa por aprender haciendo.
El futuro del bienestar individual pasa entonces por un desarrollo multidisciplinar y no simplemente por el logro de una estabilidad única para toda la vida. Lo que el hombre consigue en la vida, los avances y conocimientos científicos y de toda índole, han de aplicarse a cada momento de la vida, a su desarrollo y no quedar enquistados en el tiempo. Hay que utilizarlos para avanzar. Los animales viven anclados en un modelo de vida biológico muy ancestral. El hombre no; tiene capacidad de utilizar el presente para construirse su propio futuro, distinto al de sus ancestros.
En esto juega un papel importante la felicidad como generador de esos impulsos para que el hombre pueda generar sus propias cualidades innatas.
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