RUTA A LA LAGUNA DEL DUQUE
Hoy la ruta ha sido subir a la Laguna del
Duque o de Solana en la vertiente oriental del Calvitero entre enormes moles
graníticas. En esta época en el lugar se respira la más honda soledad. Las
aguas que brotan entre los granitos, según vamos ascendiendo a la laguna, están
convertidas en hielo haciendo caprichosas figuras, lo que convierte el trayecto
en un peligro que hay que sortear. La vista de la laguna, en parte helada,
merece la pena el penoso ascenso. Un viento huraño nos saluda al coronar la
ascensión. La superficie del agua es un pequeño mar embravecido con pequeñas
olas que derrotan en el muro de la presa. Los cristales de hielo relumbran con
brillo. El espectáculo es maravilloso. Después de contemplar pensativamente el
paisaje durante un rato al refugio del gélido viento y de hacer unas fotos para
el recuerdo, emprendemos la marcha de regreso. Ya a media mañana el sol se ha
asomado a estos parajes y sus benefactores rayos nos alivian y hacen más cómoda
la vuelta. Será hasta la próxima vez.
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