Parece que el Papa Francisco sigue por la
senda de la renovación con el nombramiento de Carlos Osoro, Arzobispo de
Valencia, como nuevo Arzobispo de Madrid en sustitución de Rouco Varela.
Las informaciones que leo sobre el nuevo
Arzobispo le presentan como persona llana y sencilla, como un pastor de los que
gusta al Papa Francisco, de los que
caminan en medio del rebaño y se identifican con cada oveja en el aprisco, de
los que llevan la luz y el olor del mismo allá donde va en mezcla con el
incienso de las catedrales. Es un hombre del Papa para un nuevo tiempo de la
Iglesia, un pastor de una Iglesia que se dé a los pobres, que cada miembro sea
apasionado cuando da amor sin esperar recompensa, que proyecte esperanza, que
todo lo sepa dar y que llene sus manos
de los demás para ofrecérselas a Dios y que nos descubra el rostro del Jesús
que todo lo dio por nosotros, hasta la vida, oliendo a nosotros en su infinita
santidad.
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