Todo el recorrido es un bálsamo de paz y tranquilidad, un desfrute para los sentidos. El ruido manso de los arroyuelos que encuentro, el verdor del campo, la jara pringosa, los lentiscos resinosos, los pedregales pizarrosos, las centenarias encinas, el aroma del romero, los cormoranes en su infatigable búsqueda de comida zambulléndose en las mansas aguas del río, los voraces buitres sobrevolando sobre los farallones de cuarcita, las huellas del esquivo jabalí y de los ágiles ciervos sobre el terreno- no llego a ver ninguno-, pero es fácil imaginarse su deambular por estos terrenos de lomas y serrijones, de hontanares y arroyos donde acuden a beber en mañanas de sol y calma. En fin, una perdurable mañana.
jueves, enero 30, 2014
PASEO POR MONFRAGÜE
Todo el recorrido es un bálsamo de paz y tranquilidad, un desfrute para los sentidos. El ruido manso de los arroyuelos que encuentro, el verdor del campo, la jara pringosa, los lentiscos resinosos, los pedregales pizarrosos, las centenarias encinas, el aroma del romero, los cormoranes en su infatigable búsqueda de comida zambulléndose en las mansas aguas del río, los voraces buitres sobrevolando sobre los farallones de cuarcita, las huellas del esquivo jabalí y de los ágiles ciervos sobre el terreno- no llego a ver ninguno-, pero es fácil imaginarse su deambular por estos terrenos de lomas y serrijones, de hontanares y arroyos donde acuden a beber en mañanas de sol y calma. En fin, una perdurable mañana.
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