jueves, junio 10, 2010

Soledades


El plomo de la mañana cubre las montañas. 
Es noviembre. Fría mañana otoñal. 
Las espadas del sol pierden la batalla 
y en los cendales tupidos se atisban puntos ocres.

He vuelto al sendero por donde solíamos
y he resucitado pasados recuerdos. 
Los  he regado con lágrimas de amor y miel 
hasta dejar calvas mis colinas de espumas

Quiero abrazarme a esas rosas de sangre. 
Y por las cascadas ocres del otoño 
bajarán a mi ánimo tus  presencias  
antes que la soledad infinita 
hunda mi alma en muerte gris

(II Soledad. de Vitral de sueños) 
   Antogar

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