Hoy es la entrada de la Pasión, en lo más hondo del misterio del hombre. En esta semana se pone de manifiesto para los cristianos no sólo el dolor y la muerte sino un renacer a la luz. La luz de la verdad, de la comunicación con el hombre, del apartamieno de la soledad. Es el conocimiento de la vida de un hombre con trayectoria como la de cualquier ser humano- en cuanto a lo humano- que le lleva hasta la soledad y la muerte. Jesús abraza la condición humana hasta el final. Su entrada en Jerusalén es el triunfo del amor infinito de Dios.
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