Las nuevas tecnología e Internet están configurando un mundo distinto en el tema de la información con un proceso diferente de relaciones que desarrollan nuevas vías, plataformas y autopistas desde las que planear y conducir hacia ese mundo no sabemos si mejor, pero sí hacia un mundo distinto, más homogéneo en el plano de lo informático.
Uno de los aspectos más interesantes en esta fenomenología de la red es la aparición de las bitácoras electrónicas o blogs y su relación con la literatura. Gracias a ellas es posible el intercambio participativo entre los escritores, los lectores, los críticos, los promotores, etc. Los blogs no son solamente un medio del que valerse para la expresión escrita individual, sino que ellos mismos, por sí solos constituyen literatura propia al ser el soporte donde se vierte el contenido de historias, pensamientos, vivencias, como si de un cuaderno o bloc se tratase, por parte de escritores y poetas, lo que da lugar a un nuevo fenómeno o género: la blogonovela, el blogoensayo o la blogolírica o blogopoemas, que pueden luego convertirse en edición impresa.
De esta manera llegamos a constatar, cada vez más, la existencia de una nueva literatura ajena en gran medida a ideas tradicionales como los derechos de autor, la propia autoría de la obra, el copyright, la difusión de la obra,etc, es decir, las reacciones vindicativas; a una literatura que escrita de manera anónima o no, se expande en el universo creacional del ciberespacio. El crecimiento de una literatura libre y errante, colectiva o individual; miles de páginas que saltan fronteras geográficas e idiomáticas, historias, leyendas, relatos o microrelatos, poemas o trovas que son compuestos y difundidos en el ágora o espacio público de Internet a la manera de como se hacía en el contexto de la época medieval en las plazas públicas.
Esta literatura está compuesta hoy día por los llamados libros digitales o libros electrónicos (e-books) que ya no cuentan con los inconvenientes de la reproducción de los mismos, cuando hacían falta ordenadores, que su lectura podía producir daños a la vista, que no podían trasladarse a otro lugar, etc. Hoy, con las nuevas técnicas, puede hacerse y leer literatura en cualquier momento y lugar sin todos esos inconvenientes o problemas. Los modernos dispositivos electrónicos para leer este tipo de libros pueden almacenar miles de libros con una visualización perfecta para poder utilizarse en cualquier momento y lugar. Y es de esperar que en los próximos meses surjan otros cada vez mejores y con más prestaciones. Es como poder trasladar contigo toda una enorme biblioteca y poder así leer lo que te apetezca sin problemas de espacio. Vienen a quedarse entre nosotros.
Todo esto se puede aplicar, de la misma manera, a los llamados libros de texto y de consulta. Así no habría necesidad de que los estudiantes acudieran a los centros de estudio cargados con una cantidad ingente de libros de texto, un peso excesivo, sobre todo para los alumnos de menor edad que acuden hoy día sobrecargados con unas enormes mochilas cuyo peso pueda ser perjudicial para su salud. Algo así como antiguamente que en un mismo libro se reunía-las llamadas enciclopedias- todo el saber de la edad a la que correspondía. Ello, creo, puede ser factible, salvando todos los problemas o trámites, legales o no, que este planteamiento pudiera representar y sobre los cuales no voy ahora a incidir. Pero, el resultado, no dudo, que sería en general beneficioso.
Para terminar, decir que todo esto no tendría que terminar con la palaba impresa, con los libros impresos, sería, sólo, una nueva forma de literatura.
sábado, mayo 23, 2009
Libros digitales
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