Aunque no tengas rostro ya
en mi recuerdo,
eres del otoño el frescor
que melancólico
mi corazón conmueve.
Si alguna vez yo tuve
tus silencios y tus risas
¿donde fueron?
Camino por tus ojos embrujados
como ciego en mis recuerdos,
lejano de tu voz y de tus ecos,
fantasma vano de mis sueños.
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