Hace unos minutos he terminado mi marcha-paseo. He salido temprano, el cielo estaba gris y unos minúsculos botones de nieve caían juguetones estrellándose sobre el suelo. Hace frío. La hierba, las rocas y piedras y algún tronco seco aparecían, de trecho en trecho, cubiertos por un débil manto blanquecino, diminutas bolitas apelotonadas en especie de mosaico albo. A lo lejos, se dibujaban manchas algodonadas entre los carrascos y alcornoques. Desde una atalaya, divisando el Valle del Jerte, éste aparecía brumoso. Debajo de la linea que dibujaban las montañas de su entorno, y hasta las inmediaciones del lecho del río, todo era una franja blanca salpicada de puntos ocres. Nieve en las montañas. Nieve muy próxima a Plasencia.
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